Es una compañera sexual
con el que se mantiene una amistad estable sin compromiso de fidelidad, pero
que sin el aspecto sexual no tendríamos ningún tipo de relación, pues la
amistad y la relación de amistad están aunque la gente solo lo asocie al sexo.
Partiendo
de esta definición, ¿es posible tener un follamig@ sólo por placer?, ¿o en
realidad es un placebo sentimental para suplir las carencias derivadas de la
falta de un pareja? En mi opinión, sí es posible tener un/a follamig@ pero, al
igual que en el mundo de los negocios, debe existir un contrato verbal o escrito
vinculante, o un acuerdo tácito de ambas partes en su defecto, que ratifique
como único motivo del contrato/relación, el interés sexual. Si las dos partes
contractuales lo tienen claro, el contrato del follamigo queda ratificado. El
problema es cuando una de ellas cree tenerlo claro cuando no lo tiene tanto.
Por
naturaleza, somos seres emocionales y sentimentales en lo que a establecer
relaciones con nuestros semejantes se refiere, y a riesgo de caer en tópicos machistas,
me atrevería a afirmar desde mi experiencia, que las mujeres lo son en mayor
medida. A mí alrededor, he visto como muchas amigas caían en la trampa de
enamorarse de su follamigo, infringiendo el contrato, y manteniéndolo a duras
penas hasta romperlo.
Es
una amiga que nos atrae físicamente pero con ella jamás mantendríamos una
relación de pareja porque, o bien no tenemos nada más en común, o bien porque
es demasiado amiga para convertirse en una novia. Por consiguiente, con ella no
se realizan actividades de pareja sino sólo actividades puntuales cuyo objetivo
final sea el sexo.
Alguien
que te gusta, además de atraerte físicamente, es decir, alguien al que ves como
una pareja potencial no debe convertirse en un follamiga bajo ningún concepto,
aunque esa sea la única suerte de relación que puedas entablar con ella.
Por
último, una follamiga tampoco es un lío de una noche. Se trata de alguien con
el que se ha entablado una relación basada en el sexo, tras haber pasado el
examen del primer encuentro sexual. Una vez pasada la prueba, y a medida que se
van repitiendo las citas sexuales y aumenta la confianza, ya se puede
considerar una follamiga.
Hacer el amor
es algo muy íntimo, es una conexión muy especial con la otra persona.Pero para follar sólo hace falta
satisfacer nuestras puras necesidades primitivas. No importa si es amiga o una
desconocida, vamos con un objetivo y esperamos conseguirlo. Lo bueno de esto es
que ella no lo ve como que la estoy utilizando, porque también está buscando lo
mismo. De hecho, es más bien un contrato mutuo donde los dos estamos de acuerdo
y nos utilizamos únicamente para sexo. Personalmente, me gusta saber que tengo
a unas cuantas “amigas” con las que puedo contactar en estos casos. No es
recomendable depender sólo de una, porque es muy fácil que tenga otros planes y
tengas que acabar “jugando al solitario.
![CUNILINGUS CUNILINGUS](https://1.bp.blogspot.com/-sZE31esWCLA/XwImSjng5wI/AAAAAAAAHwc/-Ip529CBucoyGiN3BdDLqOg-yQl6U1_wwCLcBGAsYHQ/w485-h375/photo_2020-07-05_19-13-00.jpg)
Ahora bien, considero que
hay
que tener un mínimo de complicidad con la otra persona. Está muy bien
que la veas y te entren ganas de lanzarte encima, pero también debe atraerte su
forma de hablar, de expresarse y de ver la vida. Algunos pensaréis que este
requisito estaría más ligado a una pareja, pero no lo veo así. He conocido
chicas que físicamente me atraían mucho, sin embargo, veía que no me aportaban
nada y mi libido acababa por notarlo. Con algunas de ellas he tenido
encuentros, todos tenemos necesidades, pero al final dejas de llamarlas.
Se trata de una atracción
tanto física como psíquica.
Los follamigos necesitan tener un cierto grado de madurez
sexual, debemos
tener cuidado de escogerlas bien y ver si realmente pueden llevar esta
situación. Un amigo me comentaba: “Es que ninguna queréis ser el segundo
plato”, a lo que le respondí: “Si te dicen eso es porque están pilladas”.
Evidentemente que podemos ver a otras personas, es una relación completamente
abierta y, por lo tanto, infiel. Muchas
veces, detrás la follamiga hay otra intención. Lo ideal sería encontrar un equilibrio
entre ambas partes y poder mantenerlo durante mucho tiempo. La realidad es que,
en la mayoría de los casos, siempre hay uno de los dos que acaba pillándose. Y
al no conseguir una relación, se conforman con ser su follamiga/o. Es una
situación triste porque nos hacemos daño, no somos felices y estamos perdiendo
el tiempo proyectando una esperanza en alguien que no está interesada en
nosotros.
Todavía recuerdo (en mis inicios de vida sexual) cuando a
uno de ellos le dije: “Te quiero”. Yo era joven y estaba ilusionada con esa
aventurilla. Supongo que no acabé de entender el concepto. Por eso, es muy importante que por un lado
haya falta de romanticismo y que por el otro, haya una buena comunicación entre
ambos.
Quiero compartir con vosotros un video llamado “Cómo conseguir
amigos con derecho a roce”. Me parece gracioso y a la vez claro, puede servir de guía
para muchos:
Una cosa sí que tiene que quedar clara: los dos tenemos derecho a
gozar, por lo que el placer debe ser mutuo. Por experiencia propia,
algunas sólo buscan el propio placer en la cama; ese yo-yo en los encuentros
ocasionales me parece realmente egoísta. Que la chic@ no te importe no
implica que no se merezca pasárselo bien y llegar al orgasmo.
Atención a esta reflexión que comparten desde el Blog 20 y donde
nos relatan la visión de la mujer y el hombre follamigos, visto precisamente
por las propias amigas.
“Ella reconoce, delante de sus amigas, que se folla a un
tipo que no le importa demasiado. Las demás –que follan poco o nada– piensan
que es una zorra, pero se lo callan y sonríen con aprobación. Ella prosigue
diciendo que las dos partes tienen muy claro que su relación se basa casi
únicamente en follar y que no hay problema porque nunca se enamorarán ni nada
de eso. Mientras habla, se siente un poco profeta; sus amigas, que son unas
catetas, nunca podrán entender este grado de relación que ella ha alcanzado.
Cada vez que menciona el neologismo “follamigo” lo paladea, lo disfruta desde
la efe donde sus dientes presionan el labio superior hasta la o, que convierte
su boca en una perfecta circunferencia, sintiéndose evolutivamente superior a
las demás.
Él comenta la tarde anterior. Desglosa las posturas en las
que se folló a su follamiga mientras los demás –que follan poco o nada– piensan
que es un cabrón y que no se merece lo que ha conseguido porque, en el fondo,
ellos son mucho mejores que él y el día en que las mujeres puedan ver al chico
sensible que hay dentro de cada uno de ellos descubrirán que, realmente,
merecen mucho más la pena que su amigo, que no para de follar. Uno le pregunta
si no acabará enamorándose de ella y él, con cierta sonrisilla de superioridad,
responde que no, que eso es imposible, que las dos partes tienen muy claro que
su relación se basa casi únicamente en follar y que no hay problema porque
nunca se enamorarán ni nada de eso. Otro amigo le pregunta por qué pasaría si
ella se folla a otro y él contesta que nada, que no pasaría nada porque no es
su novia, pero en seguida se le viene a le mente una imagen fugaz y filosa en
la que ella, con su cara delgada y sus ojos redondos y negros, está llegando al
orgasmo con otro tío –un imbécil, un chico mucho peor y menos sensible que él–
y eso le produce una desazón terrible, una angustia íntima que en los
siguientes minutos se concentra en reprimir.”
Dependiendo del momento en el que te encuentres de tu vida,
te apetecerá compartir tú día a día con alguien especial o simplemente tener
relaciones esporádicas. Ambas decisiones son perfectamente respetables y no hay
que juzgar a las personas por ello. El
sexo es una experiencia muy liberadora, debemos sacar a ese animal que llevamos
dentro.