domingo, 23 de marzo de 2014

Que son los follamigos

Es una compañera sexual con el que se mantiene una amistad estable sin compromiso de fidelidad, pero que sin el aspecto sexual no tendríamos ningún tipo de relación, pues la amistad y la relación de amistad están aunque la gente solo lo asocie al sexo.

Partiendo de esta definición, ¿es posible tener un follamig@ sólo por placer?, ¿o en realidad es un placebo sentimental para suplir las carencias derivadas de la falta de un pareja? En mi opinión, sí es posible tener un/a follamig@ pero, al igual que en el mundo de los negocios, debe existir un contrato verbal o escrito vinculante, o un acuerdo tácito de ambas partes en su defecto, que ratifique como único motivo del contrato/relación, el interés sexual. Si las dos partes contractuales lo tienen claro, el contrato del follamigo queda ratificado. El problema es cuando una de ellas cree tenerlo claro cuando no lo tiene tanto.

Por naturaleza, somos seres emocionales y sentimentales en lo que a establecer relaciones con nuestros semejantes se refiere, y a riesgo de caer en tópicos machistas, me atrevería a afirmar desde mi experiencia, que las mujeres lo son en mayor medida. A mí alrededor, he visto como muchas amigas caían en la trampa de enamorarse de su follamigo, infringiendo el contrato, y manteniéndolo a duras penas hasta romperlo.

Es una amiga que nos atrae físicamente pero con ella jamás mantendríamos una relación de pareja porque, o bien no tenemos nada más en común, o bien porque es demasiado amiga para convertirse en una novia. Por consiguiente, con ella no se realizan actividades de pareja sino sólo actividades puntuales cuyo objetivo final sea el sexo.

Alguien que te gusta, además de atraerte físicamente, es decir, alguien al que ves como una pareja potencial no debe convertirse en un follamiga bajo ningún concepto, aunque esa sea la única suerte de relación que puedas entablar con ella.

Por último, una follamiga tampoco es un lío de una noche. Se trata de alguien con el que se ha entablado una relación basada en el sexo, tras haber pasado el examen del primer encuentro sexual. Una vez pasada la prueba, y a medida que se van repitiendo las citas sexuales y aumenta la confianza, ya se puede considerar una follamiga.

Hacer el amor es algo muy íntimo, es una conexión muy especial con la otra persona.Pero para follar sólo hace falta satisfacer nuestras puras necesidades primitivas. No importa si es amiga o una desconocida, vamos con un objetivo y esperamos conseguirlo. Lo bueno de esto es que ella no lo ve como que la estoy utilizando, porque también está buscando lo mismo. De hecho, es más bien un contrato mutuo donde los dos estamos de acuerdo y nos utilizamos únicamente para sexo. Personalmente, me gusta saber que tengo a unas cuantas “amigas” con las que puedo contactar en estos casos. No es recomendable depender sólo de una, porque es muy fácil que tenga otros planes y tengas que acabar “jugando al solitario.

CUNILINGUS
Ahora bien, considero que hay que tener un mínimo de complicidad con la otra persona. Está muy bien que la veas y te entren ganas de lanzarte encima, pero también debe atraerte su forma de hablar, de expresarse y de ver la vida. Algunos pensaréis que este requisito estaría más ligado a una pareja, pero no lo veo así. He conocido chicas que físicamente me atraían mucho, sin embargo, veía que no me aportaban nada y mi libido acababa por notarlo. Con algunas de ellas he tenido encuentros, todos tenemos necesidades, pero al final dejas de llamarlas. Se trata de una atracción tanto física como psíquica.

Los follamigos necesitan tener un cierto grado de madurez sexual, debemos tener cuidado de escogerlas bien y ver si realmente pueden llevar esta situación. Un amigo me comentaba: “Es que ninguna queréis ser el segundo plato”, a lo que le respondí: “Si te dicen eso es porque están pilladas”. Evidentemente que podemos ver a otras personas, es una relación completamente abierta y, por lo tanto, infiel. Muchas veces, detrás la follamiga hay otra intención. Lo ideal sería encontrar un equilibrio entre ambas partes y poder mantenerlo durante mucho tiempo. La realidad es que, en la mayoría de los casos, siempre hay uno de los dos que acaba pillándose. Y al no conseguir una relación, se conforman con ser su follamiga/o. Es una situación triste porque nos hacemos daño, no somos felices y estamos perdiendo el tiempo proyectando una esperanza en alguien que no está interesada en nosotros.

Todavía recuerdo (en mis inicios de vida sexual) cuando a uno de ellos le dije: “Te quiero”. Yo era joven y estaba ilusionada con esa aventurilla. Supongo que no acabé de entender el concepto. Por eso, es muy importante que por un lado haya falta de romanticismo y que por el otro, haya una buena comunicación entre ambos.

Quiero compartir con vosotros un video llamado “Cómo conseguir amigos con derecho a roce”. Me parece gracioso y a la vez claro, puede servir de guía para muchos:

Una cosa sí que tiene que quedar clara: los dos tenemos derecho a gozar, por lo que el placer debe ser mutuo. Por experiencia propia, algunas sólo buscan el propio placer en la cama; ese yo-yo en los encuentros ocasionales me parece realmente egoísta. Que la chic@ no te importe no implica que no se merezca pasárselo bien y llegar al orgasmo.

Atención a esta reflexión que comparten desde el Blog 20 y donde nos relatan la visión de la mujer y el hombre follamigos, visto precisamente por las propias amigas.
“Ella reconoce, delante de sus amigas, que se folla a un tipo que no le importa demasiado. Las demás ­–que follan poco o nada– piensan que es una zorra, pero se lo callan y sonríen con aprobación. Ella prosigue diciendo que las dos partes tienen muy claro que su relación se basa casi únicamente en follar y que no hay problema porque nunca se enamorarán ni nada de eso. Mientras habla, se siente un poco profeta; sus amigas, que son unas catetas, nunca podrán entender este grado de relación que ella ha alcanzado. Cada vez que menciona el neologismo “follamigo” lo paladea, lo disfruta desde la efe donde sus dientes presionan el labio superior hasta la o, que convierte su boca en una perfecta circunferencia, sintiéndose evolutivamente superior a las demás.

Él comenta la tarde anterior. Desglosa las posturas en las que se folló a su follamiga mientras los demás –que follan poco o nada– piensan que es un cabrón y que no se merece lo que ha conseguido porque, en el fondo, ellos son mucho mejores que él y el día en que las mujeres puedan ver al chico sensible que hay dentro de cada uno de ellos descubrirán que, realmente, merecen mucho más la pena que su amigo, que no para de follar. Uno le pregunta si no acabará enamorándose de ella y él, con cierta sonrisilla de superioridad, responde que no, que eso es imposible, que las dos partes tienen muy claro que su relación se basa casi únicamente en follar y que no hay problema porque nunca se enamorarán ni nada de eso. Otro amigo le pregunta por qué pasaría si ella se folla a otro y él contesta que nada, que no pasaría nada porque no es su novia, pero en seguida se le viene a le mente una imagen fugaz y filosa en la que ella, con su cara delgada y sus ojos redondos y negros, está llegando al orgasmo con otro tío –un imbécil, un chico mucho peor y menos sensible que él– y eso le produce una desazón terrible, una angustia íntima que en los siguientes minutos se concentra en reprimir.”
Dependiendo del momento en el que te encuentres de tu vida, te apetecerá compartir tú día a día con alguien especial o simplemente tener relaciones esporádicas. Ambas decisiones son perfectamente respetables y no hay que juzgar a las personas por ello. El sexo es una experiencia muy liberadora, debemos sacar a ese animal que llevamos dentro.
En mi opinión es muy importante tener una mente liberal porque si no seguramente todo esto lo veas mal, por otra parte necesitas un contrato para dejar las cosas claras y no haya malos royos entre los dos.

El contrato de follamigos para todo esto lo tienes aqui

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